domingo, 14 de noviembre de 2010

Aspirante transexual al TSJ pondrá a prueba la tolerancia

Visitar la extinta Unión Soviética y Cuba fue suficiente para desencantarse de sus ideales marxista-leninistas
web@laverdad.com - José Gregorio Martínez - Caracas 

(Tomado del Diario La Verdad, Maracaibo- Venezuela) Las gaviotas del Mar del Norte reafirman su tesis: “la unión entre especies del mismo sexo es natural”, afirma Tamara Adrián, transexual con más de 25 años de experiencia en Derecho y aspirante a magistrada de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), en la que -por cierto- reposa desde hace seis años y medio un recurso de solicitud de cambio de nombre, pues para efectos legales sigue siendo Tomás Adrián.
  Según la tesis de grado de una profesora de la Universidad de Stanford, a la que titulo Unnatural is very Natural (Lo Contra Natura es muy Natural) la homosexualidad es tan común en seres humanos como en animales. En esta investigación se determinó que cerca de 50 por ciento de una especie de gaviotas que habitan en el Mar del Norte hacen pareja para toda la vida con individuos del mismo sexo.
  De su tupida biblioteca, Tamara Adrián extrae un libro para explicar que los investigadores llegaron a esta conclusión luego de percatarse de que en los nidos había dos huevos, cuando esta gaviota solo puede poner uno; y fue así como descubrieron que estaban conviviendo dos hembras que eventualmente buscaban un macho para que las fecundara, mientras en otros nidos convivían dos machos que de igual manera buscaban ocasionalmente una hembra para reproducirse y luego la desechaban. “Esto no solamente ocurre con las gaviotas, también con los perros, los elefantes, los seres humanos. Según cifras internacionales 12,5 por ciento de las personas son gays o lesbianas y 20 y tanto por ciento son eventualmente bisexuales”.
  Sin embargo, su caso es más complejo. Nació hombre, se casó y  tuvo dos hijos hasta que en 2002 decidió practicarse en Tailandia una operación de cambio de sexo. Dejó de ser Tomás para ser Tamara, pero le siguen gustando las mujeres. “Soy transexual, lesbiana y feminista”.
Ecléctica y antiselectiva
A excepción de la relación con su familia, el resto de su vida no sufrió muchos cambios. Su labor como abogada y docente la comparte con su pasión por la música y la lectura. Se considera una persona completamente ecléctica y antiselectiva. Lee todo los que pasa por sus manos, desde una revista de moda hasta historia, novelas o pesia. Le divierten mucho las obras de Baruch Spinoza.
  Sus gustos musicales también son muy variados. Escucha desde música clásica hasta merengue y salsa. “Tengo Todos los discos de (Joan Manuel) Serrat. Creo que Eddie Palmieri es una de las mejores cosas que le ha pasado al mundo y que 4.40 sigue siendo una maravilla”. Cada vez que puede se distrae con series de televisión como Dr. House, Bones y La Ley y el Orden.
  “Vivo con mi mujer y mi hija, que tiene ya 28 años (…) tengo una familia bastante reducida por la muerte de mis padres. Tengo una hermana pequeña y dos hermanos mayores –como digo yo, hay de todo en casa- ellos son ‘opus day’ y como yo soy más bien ‘opus night’, tenemos un problema de día y noche. Yo les respeto su pensamiento religioso pero lo que no acepto es la agresión. Usar una creencia religiosa, política o lo que sea para discriminar es equivalente a la inquisición”.
Iglesia opresora
No cree en ninguna religión, aunque no ha renunciado al bautizo católico. Piensa que puede existir un principio supremo y que cada quien es libre de creer en lo que le da la gana. “La filosofía y las religiones han sido las formas que ha tenido la humanidad para callar su miedo a la muerte. Creo que las religiones son instrumentos de opresión y se han comportado como tal. El sistema de la inquisición son las patadas de ahogado de la Iglesia Católica cuando empieza a perder el poder hegemónico en función del renacimiento a través de un sistema de represión como mecanismo de persecución política, social y económica”.
  Lamenta que la Iglesia Católica esté dirigida por una persona que –a su juicio- no es la más idónea. “El problema con el Papá actual no es que haya sido parte de las juventudes nazis sino que cada día se le nota más. El Papa actual hizo renacer de las cenizas la inquisición. De continuar así, la Iglesia Católica está destinada a desaparecer”.
Izquierdista democrática libertaria
Tamara Adrián se considera una piedra en el zapato para la intolerancia y la intransigencia. Se formó en el marxismo-leninismo clásico pero tan pronto pisó la Unión Soviética y Cuba se desencantó de la utopía comunista. “Me considero una persona de izquierda democrática libertaria”.
  Asegura que en Venezuela se pretenden reeditar los errores del socialismo real con inconsistencias ideológicas, ya que no ha habido ningún avance en estos 11 años en materia de derechos en cuanto a diversidad sexual, reconocidos en 1976 por la Internacional Socialista y adoptados por las organizaciones de izquierda como bandera. “En la práctica se comportan como las más recalcitrantes derechas. Tú no puedes ser de izquierda y ser racista, sexista u homofóbico”.
  Como abogada ha asumido la lucha por la defensa de los derechos humanos en todos los aspectos. “Así como defiendo los derecho de homosexuales, lesbianas y transexuales, de la misma forma lucho por las mujeres, los negros, los indígenas”.
Reto de doble tolerancia
Paradójicamente, su posición política podría significar un obstáculo mayor que su condición sexual. “Mi candidatura es un misil por debajo de la línea de flotación de la intolerancia. Es un doble reto de tolerancia”. Asegura que en Venezuela se ha venido practicando una discriminación política que salió a flote en la entrevista que le hicieron en el TSJ a propósito de su postulación con preguntas como: “¿Qué opina usted de la separación de poderes? Y ¿Qué piensa del poder de revisión de la Sala Constitucional? Preguntas concha de mango. Mis respuestas fueron tan largas y apegadas al Derecho que hubieran preferido no preguntar”.
  Advierte que el costo político internacional de una discriminación política es mucho menor al costo político de una discriminación por orientación sexual e identidad de género. Asegura contar con todas las credenciales para ocupar un cargo en el máximo tribunal. 

Socialismo de flojos

Entre chavismo y oposición, no se identifica con ninguno de los dos polos. “No soy ni de cuarta ni de quinta, soy de primera”. No obstante, no puede dejar de expresar su desacuerdo con la manera como se está dirigiendo el país. Alerta que al perderse el contrapeso entre el sector público y el privado el sistema tiende a la desaparición de la capacidad productiva. Recuerda que durante la Guerra Fría, Estados Unidos y Canadá tuvieron que venderle trigo a la Unión Soviética porque se estaba muriendo de hambre.
 “El socialismo es un sistema de flojos donde lo que se premia es la mediocridad, y el mediocre denuncia al que puede ser un poquito mejor con la finalidad de que sea promovido, y éste, el que es un poquito mejor, trata de pasar agachado para que no le quiten el trabajo. Entonces, cada quien empieza a usar la ley del mínimo esfuerzo para no destacar porque si destacas eres persona muerte, en sentido figurativo".

Jueces doblegados

Sobre el Poder Judicial tiene una larga lista de cuestionamientos. Lamenta que no esté integrado por las personas más capaces y que tenga desviaciones notables, como la proliferación de cargos provisorios en los tribunales, lo que considera una forma de doblegar a los jueces a instrucciones superiores, so pena de ser removidos. Aunque asegura no conocer a fondo el caso de la jueza María Lourdes Afiuni como para juzgar su decisión, le parece inadmisible que en un Estado de derecho se lleve a juicio a un juez por una decisión judicial sin un procedimiento administrativo previo que determine si estuvo o no ajustado a derecho.
Tamara Adrián concluye que los totalitarismos, sean de izquierda o de derecha, terminan siendo lo mismo. “No hay mucha diferencia entre la praxis de un marxismo-leninismo en la época de la Guerra Fría o la praxis del nacionalismo de Hitler en la misma época”.
Su fórmula para lograr un mundo mejor es sencilla: “Ser tolerante con el intolerante es el puente necesario para la integración”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario